Estafas cometidas mediante suplantación de identidad (usurpación de estado civil)

La mecánica de la estafa cometida mediante usurpación de estado civil suele ser la siguiente: El delincuente consigue ciertos datos básicos de otra persona (nombre y apellidos, número de DNI…) y utiliza esos datos para cometer un delito de estafa, por ejemplo – caso típico - mediante la venta de un vehículo, supuestamente de su propiedad, por internet. De esta forma, el comprador del vehículo realmente piensa que está contratando con una determinada persona, cuando en realidad se trata de una identidad falsa.

Como norma general, el estafador suele abrir una cuenta bancaria con los datos de la persona suplantada, para recibir en esa cuenta el dinero del estafado. De esta forma, averiguar la identidad real del estafador se complica considerablemente, siendo necesaria una investigación notablemente superior por parte del Juzgado de Instrucción y  de la Policía Judicial. 

El hecho de que la gran mayoría de las entidades bancarias permitan abrir una cuenta por internet introduciendo unos meros datos identificativos y sin ningún tipo de comprobación o verificación no ayuda demasiado a prevenir este tipo de actuaciones delictivas.

Esto puede dar lugar - y es algo cada vez más frecuente - a que la víctima del delito de usurpación de estado civil se encuentre con un procedimiento penal en su contra por unos hechos que no ha cometido; esto es, por un delito de estafa cometido en su nombre. 

Lo más habitual, o al menos lo que más he visto en mi despacho, es que la persona suplantada se encuentre con varios procedimientos distintos en su contra, por estafas cometidas por alguien que ha venido utilizando su identidad durante un tiempo.

Esta situación trae importantes disgustos, pues para nadie es plato de buen gusto pasar, de la noche a la mañana, a figurar como investigado en varios procedimientos por una serie de delitos de estafa que no ha cometido.