Hace unos meses llegó al despacho un cliente que había sido denunciado por un delito de estafa. No tenía ningún conocimiento de lo que había pasado, no conocía a la persona estafada y, en definitiva, no tenía ni idea de los hechos que habían sido denunciados.

Tras la práctica adquirida y la experiencia en casos similares, pudimos detectar rápidamente el problema: Mi cliente estaba siendo víctima de una suplantación de identidad o lo que es lo mismo, de un delito de usurpación de estado civil. 

Alguien estaba utilizando la identidad de mi cliente para cometer estafas mediante una cuenta bancaria online a su nombre, utilizando un DNI falso. En esa cuenta bancaria se recibían los pagos de las víctimas, a las que en todo momento se presentaba bajo la identidad de mi cliente...

Una vez detectado el origen del problema, nos tocó pasar a la siguiente fase: personarnos en el procedimiento judicial y reunir todo tipo de documentación y pruebas que nos permitiesen acreditar que mi cliente no tenía nada que ver con los hechos denunciados.

Así lo hicimos. Lo primero fue formular la correspondiente denuncia por parte de mi cliente, poniendo en conocimiento de las autoridades que estaba siendo víctima de una suplantación de identidad. Esta denuncia dio lugar a un procedimiento judicial distinto, pero ya habíamos conseguido algo importante: Mi cliente adoptó la posición de denunciante, pues hasta ese momento sólo había sido denunciado.

Además, de forma extrajudicial pudimos conseguir diferentes documentos e información en la entidad bancaria que había sido utilizada por el defraudador, lo cual nos sirvió para reunir bastante material probatorio a nuestro favor. 

Todo ello fue aportado en el procedimiento judicial seguido por un delito de estafa contra mi cliente, con el objetivo de demostrar que no tenía nada que ver con los hechos denunciados. Sin embargo, al Juez Instructor le costó entender nuestra posición, pasando por alto nuestras alegaciones y pruebas, y llegando incluso a dictar Auto de transformación en Procedimiento Abreviado.

No obstante, tras toda la actividad probatoria por nuestra parte, tanto el Fiscal como el denunciante entendieron perfectamente que mi cliente no había cometido estafa alguna, sino que incluso estaba siendo víctima de una suplantación de identidad. En consecuencia, no formularon acusación, y solicitaron el sobreseimiento. Por ello, finalmente al Juzgado no le ha quedado más remedio que archivar el procedimiento.

No obstante, el trabajo no ha terminado, pues aún tenemos un procedimiento abierto por esa denuncia que presentó mi cliente como víctima de una suplantación de identidad; por lo que ahora nos toca perseguir al auténtico estafador...

Por desgracia, esta situación es cada vez más frecuente, dada la facilidad que tienen los delincuentes en obtener datos personales como nuestro DNI. 

Por ello, si te encuentras con este problema, no dudes en ponerte en contacto. En el despacho contamos con la experiencia necesaria para abordar supuestos de suplantación de identidad o usurpación de estado civil. 

¡Hay defensa!